Dice mi amigo Cesar Augusto Santiago, que siempre es mas fácil
escoger una buena frase para impugnar una campaña política, que convencer al
electorado. Tiene razón. Siempre, destruir en política es mucho más fácil que
construir. A veces parece que puede más la amargura y la frustración que la
buena fe. Amigos no hay que dejarse engañar por los falsos
defensores de la legalidad. Recientemente algunos medios de comunicación,
fundamentalmente las redes sociales, hacen eco de la demanda frívola
e improcedente de un grupo de políticos fracasados y frustrados, refugiados en
la siglas del PRD, quiénes ante el rechazo del electorado
de Baja California, ante la imposibilidad de ganar cuando menos una
sección electoral, ya no se diga un distrito o un municipio, ahora vierten su
veneno, su desesperanza y su amargura, tratando de empañar uno de
los triunfos electorales más claros y contundentes que ha habido recientemente
en México, como es el de Jaime Bonilla, próximo gobernador de Baja California.
Otro supuesto, el de la nacionalidad, ese es un tema también
superado, lo intentaron con el Senador de MORENA, Napoleón Gómez Urrutia, ahí
también fracasaron, la argumentación de la Sala Superior fue muy clara, a Napoleón
lo acusaban de haber adquirido la nacionalidad canadiense; la contestación de
la sentencia fue seca, en palabras de la magistrada Otálora: “El candidato
entrego tanto su acta de nacimiento…como su certificado de nacionalidad
mexicana, expedido por la Sria de Relaciones Exteriores., por lo tanto es
mexicano”. Así, sin mas. Ese es el mismo caso de Bonilla. No hay nada que
buscar más. Toda pretensión del PRD es inútil. Pueden buscar documentos
avalados por notarios deshonestos, pero de nada sirven, lo único que comprueba
la nacionalidad, es el acta de nacimiento y el certificado de nacionalidad.
Tratan de manchar el triunfo de quien los avergonzó y exhibió,
porque los arrasó electoralmente, porque Bonilla le dijo a uno de ellos que iba
ser candidato a gobernador y al final de cuentas no fue. Ellos creen que los
electores de Baja California son tontos y que se dejarán llevar por esa trampa
perversa de gente amargada, de gente frustrada, sin
futuro, que creen podrán manchar un triunfo
electoral, tan claro y contundente, como el de Jaime Bonilla, pero se
equivocan, serán arrasados por el desprecio de la historia y serán olvidados
ignominiosamente.
Excelente y lógica su explicación, es lamentable que por llegar a Baja California (JMV) se crea que se logra incorporar a la vida productiva, política, económica y social.
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