miércoles, 17 de febrero de 2016
Hace unos días platicaba con uno de mis mejores amigo, funcionario del PRI, sobre las decisiones que se avecinan en Tijuana. Le comentaba que habría que cambiar en el país, que no podíamos dejar que las cosas siguieran como están, que el país se nos deshacía en pedazos, que las cosas de fondo no cambiaba, que los más ricos se seguían haciendo más ricos, que los lideres nacionales del PRI eran los que impulsaban la corrupción, que se seguían tomando decisiones al margen de los militantes, que la corrupción y la impunidad seguir sin atacarse de fondo. Mi amigo, sin estar de desacuerdo, argumentaba pretextos para actuar: si decimos algo, no nos dejan avanzar, todavía no llego y ya quieres que me corran, argumentaba casi reclamándome, “porque cuando tú fuiste importante en el PRI no dijiste nada? Le contesté que ciertamente no era cierto, que fui siempre un líder crítico e incómodo para las dirigencias de entonces, que las iniciativas de ley a mi cargo siempre las modifique casi totalmente de cómo me las mandaron, pero que, independientemente de ello, las personas no pueden ni deben siempre estar atadas al pasado o que lo que hicieron antes, les impida ahora hacer algo diferente. En el inicio del Contrato Social de Juan Jacobo Rousseau, hay algo que lo ejemplifica perfectamente, dice Rousseau, que el hombre vive encadenado y obligado a obedecer y que bueno que así sea, pero que cuando logra romper esas cadenas, obra mejor. Todo mundo puede cambiar y no debe ser esclavizado por su pasado. Pero la cultura del PRI, que es institucional, es decir, de apoyo a las instituciones nacionales, es su fuerza y, paradójicamente su debilidad, su debilidad. Los priistas creen que deben ser solidarios con sus dirigentes, no importa que actúen mal o equivocadamente, es la DISCIPLINA de partido. Creen , por supuesto equivocadamente, que deben callarse la corruptelas de las autoridades que ellos llevaron al poder. “¿ cómo crees que vamos a solicitar una investigación sobre las corruptelas de Bustamante, o los negocios de Aztiazaran, que no sabes que alguien muy importante en la jerarquía del PRI los protege? pero además ni los regidores, ni los diputados ni el órgano de fiscalización estatal han hecho lo que les corresponde, como quieres que nosotros, sin poder, los señalemos”, me contestaba mi amigo casi enfurecido. Es esta actitud, este tipo de omerta que hay en el PRI, en cada municipio, en cada estado del país, a nivel nacional, lo que ha contribuido al aumento de la corrupción y a la ineficiencia de los gobiernos. Nadie , cuando están en el poder, señalan las deficiencias de su propio gobierno. No hay congruencia, porque en la oposición son bravisimos, no sólo el PRI, el PAN y el PRD también. Veamos el caso del IVA, cuando lo propuso Fox, todos los priistas estuvieron en contra, lo rechazaron , aunque Beatriz Paredes siempre lo apoyo tras Bambalinas y le dijo a Fox que ella lo sacaría. Cuando Fox propuso la reforma energética, el PRI se envolvió en la bandera nacional y rechazó las reformas porque entregaban nuestros recursos al gran capital extranjero, pero ahora que el Presidente Enrique Peña las volvió a proponer, los mismos que antes las rechazaron, ahora las aprobaron de inmediato y las aplaudieron como las grandes reformas. Donde están los principios? Donde está la ideología nacionalista, donde está el compromiso con los pobres. Con el IVA fue los mismo, en 2000 y 2006 se rechazó porque fueron gobiernos panistas quienes las propusieron, ahora fue el Presidente priista,” hay que apoyarlo”, de tonto me opongo, decían algunos legisladores. Que falta de congruencia. Pero porque lo hacen? Porque saben que para seguir ha ascendiendo en la política, hay que callar. Que si se le oponen al Presidente o a su grupo, los atacaran mediáticamente y sus carreras políticas se podrían terminar. O lo más grave, ya no hay ideología, ya no saben porque pelean, ya no hay principios, todo es sexenal, coyuntural. Pobre país. Yo creo que la DISCIPLINA es importante en un partido, pero que esta tiene como límites, primero la dignidad personal, segundo los principios y la ley. No debe haber DISCIPLINA a ciegas o con los corruptos o con las reformas contrarias a la lucha histórica de cada partido. Como no se va criticar la adquisición del avión presidencial, aunque no fue Peña quien los compro, sino Calderon, pero el precio es exorbitante y lo que costo las modificaciones que pidió Peña, son insultantes. El Presidente cree que los mexicanos somos pendejos, cuando declara que el avión es del Estado y no del Presidente! jajaja claro que es de el y el es el único que lo usa, mientras dure su mandato., José Luis Lamadrid, un político que por desgracia murió anticipadamente, siempre me decía, cuando operábamos juntos algún asunto, " Amador, primero la Republica y luego el Partido" así debe ser siempre. Primero los intereses del país y luego los del partido, anteponer los partidistas a los de México, es traición.
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